martes, 30 de octubre de 2012
LA NEURONA DE CAJAL
El 10 de diciembre del 1906 el científico español Santiago Ramón y Cajal fue galardonado con el premio Nobel de Medicina Fisiología en reconicimientos por sus estudios sobre la estructura del Sistema Nervioso. Sus méritos eran evidentes: había establecido el concepto de que el sistema nervioso está compuesto por células, independientes las neuronas, que se relacionan entre sí mediante sus prolongaciones para transmitir el impulso nervioso.
Los estudios histológicos del siglo 19 de Cajal y sus sucesores levaron a la conclusión de que las células del sistema nervioso pueden ser divididas en dos clases: las neuronas , especializadas en transmitir señales eléctricas a todas direcciones, y las células de sostén.
El cerebro está formado por:
EL LÓBULO OCCIPITAL: ubicado en la parte posterior más alejada de los hemisferios cerebrales, recibe y procesa información visual. Es precisamente el lóbulo occipital en el que experimentamos las formas, el color ye le movimiento del ambiente. Las lesiones del lóbulo occipital pueden producir ceguera, aun cuando los ojos y el cerebro y sus conexiones estén en perfecto estado.
EL LÓBULO TEMPORAL: localizado frente al lóbulo occipital, aproximadamente detrás de cada sien, desempeña un papel importante en tareas visuales complejas como el reconocimiento de caras. Es el "centro primario del olfato" del cerebro. También recibe y procesa información de los oídos contribuye al balance y el equilibrio, y regula emociones y motivaciones como la ansiedad, el placer y la ira.
EL LÓBULO PARIETAL: se asienta en la parte superior de los lóbulos temporal y occipital y ocupa la mitad posterior y superior de cada hemisferio. Este lóbulo recibe información sensorial de todas las partes del cuerpo: de los receptores sensoriales de la piel, los músculos, y las articulaciones. Los mensajes de estos receptores sensoriales se registran en las llamadas áreas de proyección sensorial. Al parecer, el lóbulo parietal contribuye a habilidades espaciales, como la habilidad para leer un mapa o para indicar a alguien como llegar a algún lugar.
Una importante línea de investigación sugiere que los lóbulos frontales izquierdo y derecho posiblemente actúen de manera distinta en la reactividad emocional y en el temperamento.
Que las personas cuyo lóbulo frontal izquierdo es más activo que el derecho, tienden a ser más alegre, sociables, emotivas y seguras de sí; también responden de manera más positiva a lo que les rodea, disfrutan de otras personas y situaciones novedosas y se perturban menos con situaciones desagradables. En contraste, bajo las situaciones anteriores, las personas con mayor actividad en el lóbulo frontal derecho se sienten amenazadas y se estresan, asustan e incomodan; no sorprende que tiendan a opacarse en los encuentros con otras personas y situaciones novedosas.
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Buen trabajo.
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